domingo, 17 de noviembre de 2019

El Archivo DCXXV

¡Desinformados o Mal Informados!
Sean bolivianos, argentinos, venezolanos, mexicanos, nicaragüenses o cubanos, los iberoamericanos y algunos caribeños, tienen un yugo en común: la desinformación, un mal que ha mantenido a la región bajo las garras de la mentira, que es la plataforma que utilizan los "populistas" para llegar al PODER y aferrarse a él.

Utilizar la cacareada frase de "golpe de estado" es negar la realidad, es ofender la voluntad de los pueblos, que cansados de abusos y corrupción, se lanzan cívicamente a protestar y a demandar un cambio de administración, enfrentándose con valentía a hordas de cobardes asesinos que enmascarados y a mansalva disparan a matar, impunemente, sin pudor ni vergüenza y sin pensar que los que protestan, son seres humanos, son hermanos con los cuales conviven y que por dignidad y espíritu democrático han decidido luchar por el bienestar político social de todos, incluyéndolos a ellos.


Evo Morales abandonó el poder como resultado de sus abusos, de traición a sus hermanos indígenas, a quienes decía representar, burlándose y prostituyendo sus valores para beneficio personal. Por ello y por su insistencia en perpetuarse en el poder, las fuerzas vivas le sugirieron renunciar a su cargo, lo cual, inteligentemente aceptó, evitando el confrontamiento armado entre hermanos, gesto que debemos reconocer en su haber y que debería servir de ejemplo de aquellos que se consideran dueños de vidas y haciendas en sus respectivos países, como Cuba, Nicaragua y Venezuela.

En Bolivia no se escuchó el silbido de las balas, ni se ha tenido que enterrar a hijos, hermanos y/o padres, tampoco se sufrió el acecho de criminales con el rostro tapado y con licencia para matar. En Bolivia hubo marchas y paros cívicos, pero sin el acoso y los garrotes de la Policía y mucho menos la intervención, directa o solapadamente, del ejército, ambos organismos han dado ejemplo de patriotismo y amor a su madre patria y pueblo, del cual provienen.


Los bolivianos decidieron liberarse de las garras del llamado "Socialismo del Siglo XXI", reclamar y recuperar su República, uniéndose hacia un objetivo común con amor patrio, por el bienestar ciudadano enmarcado en el sistema democrático que garantiza a los pueblos el derecho a elegir su gobierno en elecciones justas y honestas, dentro de una Constitución Política que así como ampara los derechos humanos, exige respeto y responsabilidad a sus leyes y reglamentos.

En Bolivia no aceptaron promesas vacías populistas y le exigieron al "indispensable" respetar la voluntad de un pueblo que ha dado al mundo un ejemplo de valor y amor al lar patrio. En Bolivia, la democracia se ha fortalecido y Latinoamérica recibe una vez más la lección de que la reelección y la corrupción es el virus que nos ha mantenido en la pobreza y la falta de desarrollo y bienestar.


Pero hay eventos que nos entristecen, como la intervención en Bolivia del populista Presidente Mexicano, López Obrador, quien contrario a su historia política no intervencionista mandó uno de sus aviones militares a sacar al ya renunciado Evo Morales, quien debería haber enfrentado la justicia boliviana, demostrando que otro de nuestros males en las Américas al sur del Río Grande es la impunidad.

Y hablando de lamentos, deploramos el vandalismo organizado de caras tapadas que deliberadamente han destruido la infraestructura de Santiago y otras ciudades de Chile, abusando de su democracia y libertad, que en complicidad con un pueblo desinformado traerá desempleo y miseria a una ciudadanía que había logrado el más alto índice per cápita de Latinoamérica.


Organicemos la defensa de la Democracia, ayer fue Chile y mañana puede ser cualquiera de nuestros países, pues ya Colombia está amenazada con motivo de un paro nacional que se realizará este 21 de este noviembre, que gracias a su sólida democracia e instruido pueblo, no dejará que vándalos y terroristas enmascarados destruyan sus bienes. Los mejores ejemplos del populismo irresponsable y destructivo son Venezuela, Cuba y Nicaragua. Dios salve a nuestra América!

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