domingo, 6 de enero de 2019

El Archivo DLXXX – Dios es de Todos y Para Todos


Oscar Chavarría es un presbítero nicaragüense que escribe ocasionalmente en el diario "La Prensa" de Nicaragua artículos de opinión, inspiradores y al grano, por lo que al darle todo el crédito que se merece y consciente de la situación actual de nuestra América, he concluido que todos necesitamos una pausa para meditar y que la mejor forma es compenetrándonos del título de su escrito, ya que "todos" víctimas y agresores, somos hijos de Dios.

Nos habla sobre las enseñanzas de los Reyes Magos, que la tradición popular nos los pinta como tres personajes sobre tres camellos, pero en verdad eran reyes y debieron viajar con toda una corte y servidumbre detrás de ellos, como nos la presenta Rubens y otros pintores clásicos. El padre Óscar nos dice así: "Los Magos o Reyes Magos –como les llamamos– nos dan grandes enseñanzas: Dios es de todos y para todos. Con Jesús ya no hay pueblos elegidos. Dios quiere dar su Gracia a todos los hombres del mundo entero. El mismo Jesús se lo dirá muy claro a sus discípulos antes de partir al Padre: 'Vayan por todo el mundo y proclamen la Buena Nueva a toda la creación' (Evangelio de San Marcos 16, 15).


Dios no es propiedad privada de nadie, ni de ninguna institución civil o religiosa, ni de partido político alguno, ni de raza, ni pueblo alguno. Por eso, decía San Pablo: 'Ya no hay judío, ni griego, ni esclavo, ni libre, ni hombre, ni mujer, ya que todos vosotros sois uno en Cristo Jesús' (Carta a los Gálatas 3, 28).

De hecho, el cristianismo es un bello canto a la universalidad de la fe. Isaías, nos dice: 'Acudirán los pueblos a tu luz, los reyes al resplandor de tu aurora' (Isaías 60, 3) 'Los gentiles son coherederos… partícipes de la misma promesa de Cristo' (Carta a los Efesios 3, 6).

La figura de los magos, venidos de Oriente y adorando a Jesús, es el símbolo de la universalidad de la salvación de la que Dios a nadie quiere excluir (Evangelio de San Mateo 2, 1-12). Con Jesús se rompen todas las fronteras y todos los muros, todos los particularismos y todos los monopolios, todas las distinciones de razas y colores, todos los fundamentalismos.


Con Jesús toda la humanidad puede llamar a Dios 'Abba, Papito suyo'. Con Jesús se rompen las fronteras, los muros que los hombres egoístamente construimos. El egoísmo que todos llevamos por dentro solo consigue separarnos en vez de unirnos. Construimos fronteras entre los pueblos, fronteras sociales, políticas y económicas, fronteras de sexo, color y raza, fronteras religiosas y dogmáticas.

En la figura de los Reyes Magos, Jesús nos está diciendo que lo nuestro no es construir muros sino construir puentes para que todos seamos 'uno' (Evangelio de San Juan 17, 21). Con Jesús se abren las puertas y ventanas para todos los hombres sin distinción alguna. Jesús, ese Niño de Belén, es de todos y para todos. Dios no es excluyente sino universal, y quien quiera, seguro que lo busca, como pasó con los Magos. Los magos se empecinaron en buscarlo y lo encontraron.

La figura de los Reyes Magos es el símbolo de la gente que hoy necesitamos para construir ese nuevo mundo sin fronteras y sin muros que nos separan. Los Reyes Magos son gente inquieta: no se contentan con lo que son, ni con lo que saben. No son indiferentes, ni conformistas. No son apáticos, ni instalados en sus cómodas posiciones. Quieren saber, sienten curiosidad. Han visto una estrella, una nueva luz y van en su búsqueda (Evangelio de San Mateo 2, 2).


Tienen una meta y caminan hacia ella: están claros en lo que quieren y lo persiguen. No les importa la dureza del camino, ni el cansancio. No se echan atrás en las dificultades, ni en las contradicciones."

Se insiste en diálogos y negociaciones, lo curioso es que esto se habla a nivel mundial, no es solo de lo que acontece en Nicaragua, Venezuela o los Estados Unidos de América, donde existe un impasse gubernamental, ya que una de las partes quiere separar a la humanidad, construyendo un muro, cuando en verdad, todos debemos buscar la unidad del género humano, así que construyamos puentes.

Sabemos que los malos abundan, pero los buenos somos más, no nos quedemos sin actuar, y aprovechemos las palabras de Jesús, practicando sus doctrinas que son basadas en el amor y no en la agresión. Gracias, Reverendo Chavarría, por su inspiración.

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