Alejandro José Gallard Prio – 25 de noviembre del 2012.
Miami comenzó a progresar paralelamente al fracaso o el éxito de las economías latinoamericanas o sea, que es como un termómetro del bienestar o desastre de nuestros países.
Hay otras ciudades, en las Américas, Europa y Asia, donde también se refugian los que abandonan sus lares nativos, unos buscando mejor calidad de vida, otros por salvar su pellejo y un grupo selecto buscando refugio para gozar lo corruptamente adquirido, pero en ninguna es tan visible como en Miami, a pesar de su afluencia turística.
Miami es diferente, por lo menos en el continente americano, ya que su base de crecimiento se debe al turismo político, el cual no deja de llegar y rápidamente se convierten en residentes y ciudadanos.
Al grupo revolucionario liderado por Fidel Castro, se le acredita la destrucción de la economía de Cuba, como consecuencia del éxodo a Miami de toda su fuerza productiva, empresarial, industrial, profesional y laboral. Una economía, que en aquel entonces, era la más avanzada y pujante de los países alrededor del Mar Caribe.
Desde ese entonces, muchos otros países de América, han estado enviando nuevos residentes y con ellos nuevos ciudadanos inversionistas, acompañados de una eficaz fuerza laboral, que reactivan constantemente la economía de Miami. Además de los cubanos, hay grupos que se notan, como los nicaragüenses y otros centroamericanos, dominicanos, colombianos, peruanos y recientemente venezolanos. Pero también están los mejicanos que laboran en el sector agrícola del sur de la Florida, sin menospreciar el crecimiento de rusos en el norte de Miami y chinos, que hace 50 años solo se veían en sus Restaurantes.
Es digno de admirar la astucia y tenacidad política cubana, que no tiene parangón en ninguna otra ciudad de la Unión Americana. No hay una sola ciudad, grande o chica de USA, en que un grupo étnico, sin haber nacido en ella, hayan logrado el control político, de tal forma, que hasta los ha llevado a influir en la política exterior de la nación y ocupar altas posiciones en el Departamento de Estado, responsable de las relaciones de USA con el mundo.
Los Cubanos han sido el modelo a seguir por otras etnias, especialmente los mejicanos y dominicanos, quienes han logrado ser electos Senadores y Diputados, tanto a nivel Federal, como Estatal y Alcaldes de importantes ciudades, como Los Ángeles, California y San Antonio, en Texas.
Si es cierto que Miami, como generalmente conocemos a los 35 municipios dentro del Condado Miami-Dade, se ha desarrollado espectacularmente, también ha sufrido una epidemia de corrupción. Pareciese que todos los malos hábitos de los políticos hispanoamericanos son puestos en práctica,
pero felizmente no logran entronizarse, gracias al control del gobierno y sistema judicial federal, que a muchos de ellos ha encarcelado, lo que no sucede en América latina. En cuanto al sistema de salud para los jubilados, Medicare, Miami es la ciudad que le produce mayores pérdidas, debido a la corrupción.
El pasado jueves 22, Miami se unió al resto de la Unión Americana a celebrar el "Día de Acción de Gracias", un festival muy singular, ya que en el mundo, solo se celebra en Estados Unidos y Canadá, aunque en diferente fechas. Destaco a Miami, ya que como es sabido, la mayoría de sus residentes son inmigrantes de primera y/o segunda generación y para ellos esta tradición es nueva, por lo que ser testigo del entusiasmo con que las familias han adoptado este día, reuniéndose en casa para disfrutar del calor y afecto familiar, nos da dos positivos mensajes: que la UNIDAD FAMILIAR sigue siendo una realidad y que nuestros hermanos inmigrantes se han integrado a la cultura de los Pilgrimos, quienes al llegar al suelo de América, le dieron GRACIAS A DIOS! LAUS DEOS!
Hago un llamado a los pastores de las Iglesias cristianas de nuestra América a unirse ecuménicamente para promover la celebración de este hermoso DIA DE ACCIÓN DE GRACIAS. En otras palabras, incentivar a una reunión anual de abuelos, padres, hijos y nietos para darle GRACIAS A DIOS en sus hogares.
Hasta el próximo ARCHIVO CCXXXV, el 2 de diciembre del 2012.
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