domingo, 18 de marzo de 2018

El Archivo DXXXVII – ¡Mujer, Fuerza Moral y Espiritual!


Es interesante la tajante advertencia que Monseñor Janusz Urbanczyk, representante permanente de la Santa Sede, hiciese al intervenir en la 1178ava reunión del Consejo Permanente de la OSCE el 8 de marzo, 2018 en Viena, Austria.

OSCE, Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, con 57 Estados en América del Norte, Europa y Asia, es la más grande del mundo que trabaja en pro de la estabilidad, la paz y la democracia a través de un enfoque integral que engloba lo político-militar, la economía, el medio ambiente. Extrañamente es muy poco conocida por la ciudadanía en general ya que aborda cuestiones que afectan directamente a nuestra seguridad común, como el control de armamentos, el terrorismo, la buena gobernanza, la seguridad energética, la trata de personas, la democratización, la libertad de prensa y las minorías.

La advertencia de Monseñor Urbanczyk fue una réplica ante las observaciones del representante del Presidente de la OSCE sobre cuestiones de género, por el Día Internacional de la Mujer, y es contundente: "cualquier intento de impedir o limitar la inclusión de las mujeres en el ámbito civil y político, así como en la vida social, económica y cultural… podría dar lugar a un declive de la humanidad".


Es impactante por ser el representante de la Iglesia Católica, que se resiste a incluir a la mujer como parte integral de sus Ministerios, o sea consagrar a la mujer como Sacerdote.

En su interesante alocución dijo que en este año marcaba el 70 aniversario de la declaración universal de los Derechos Humanos. En este documento pionero, "los pueblos de las Naciones Unidas han reafirmado su fe en los derechos humanos fundamentales, en la dignidad y el valor de la persona humana y en la igualdad de los derechos de los hombres y de las mujeres"

Y continúa; "La Declaración Universal de los Derechos Humanos y nuestros Compromisos de consenso de la OSCE hablan del papel de la mujer en la sociedad y del avance de la igualdad entre los hombres y las mujeres como un objetivo que sobrepasa las cifras o los porcentajes. Por esta razón, la Santa Sede considera que es importante avanzar en nuestro trabajo en esta área sobre la base de un entendimiento común, que reconoce las razones subyacentes importantes de nuestro trabajo. En este sentido, permítanme hacer algunos comentarios breves, que reflejen la posición bien conocida de la Santa Sede".

Adoptar "todas las medidas necesarias… para promover la igualdad de los derechos y la participación plena e igual de las mujeres y de los hombres en la sociedad" no es solo una cuestión de igualdad de género, sino de dignidad humana. Como la humanidad está compuesta por hombres y mujeres, la sociedad en su conjunto puede prosperar con la condición de que los hombres y las mujeres contribuyan al bien común en pie de igualdad y que sus especificidades y su complementariedad armoniosa sean respetadas. Cualquier intento de impedir o limitar la inclusión de las mujeres en las esferas civil y política, así como en la esfera social, económica y cultural, podría conducir al citado declive de la humanidad.


El talento de las mujeres y su participación activa son particularmente necesarias para la prevención y resolución de conflictos, para mantener y consolidar la paz y la seguridad, tan esenciales para el trabajo básico de esta Organización. Hablamos de la contribución única de las mujeres, reconociendo que "la fuerza moral y espiritual de una mujer" complementa la fuerza moral y espiritual del hombre. Este genio femenino se manifiesta en "los innumerables dones que las mujeres tienen para ofrecer a Dios, alentando a otros a promover la sensibilidad, la comprensión y el diálogo, resolviendo conflictos grandes y pequeños, sanando las heridas, y animando toda la vida en todos los niveles de la sociedad y encarnando la misericordia y la ternura que aportan la reconciliación y la unidad a nuestro mundo"

Como ha señalado la Embajadora Sra. Verveer, en los últimos meses se ha vuelto a llamar la atención sobre el hecho de que la violencia, el acoso y la agresión sexual contra las mujeres continúan siendo endémicos en nuestras sociedades. Estos fenómenos deben encontrar nuestra condena unánime.

Al mismo tiempo también debemos reconocer que han pasado más de tres años desde que expresamos "la necesidad particular de tomar medidas más enérgicas para prevenir y combatir la violencia contra la mujer". La Santa Sede espera que una nueva atención a los compromisos de consenso de la OSCE caracterice los próximos meses, ya que es evidente que se necesitan más esfuerzos.

Para concluir: "mi delegación quisiera una vez más asegurar a todas las delegaciones que está dispuesta a comprometerse de manera constructiva en los debates sobre la promoción de la igualdad entre los hombres y las mujeres, la prevención y la lucha contra la pobreza, la violencia contra las mujeres y la participación política, económica, social y cultural de las mujeres, junto y al mismo nivel que los hombres". Nuestro comentario es directo y sencillo: ¿Porque no comienzan en casa y las ordenan Sacerdotes?


Agradezco a UNO más en pro de la "Democratización del Mundo Iberoamericano", Elena Villar, quien me honra al utilizar nuestra edición anterior, "El Archivo DXXXVI – ¡IRRESPONSABLES!" como Artículo de portada de "Turista Magazine" en línea.

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