Alejandro Gallard-Prio.
La SONRISA no es innata, lloramos al nacer y seguimos llorando para llamar la atención, por lo tanto, necesitamos uso de razón, para cultivar la sonrisa, es un proceso en el que, padres y maestros, en nuestra niñez, sobre todo entre los 4 y 7 años, tienen la responsabilidad de hacernos conocer la importancia entre llanto y sonrisa, o sea entre sufrimiento y alegría, entre desconsuelo y esperanza.
De lo contrario, crecemos con la creencia de que la fuerza y los trucos es la forma de triunfar, pero peor aún, que nacimos para sufrir, sin el derecho inalienable a la felicidad.
Todo lo anterior, se presenta ante nuestros ojos cuando viajamos, al ser testigos del comportamiento de la humanidad, donde en realidad, llegamos a conocernos. No se trata de pobreza o riqueza, es algo muy sencillo, hablamos de felicidad de unos, conformidad de otros y tristeza de muchos.
Cuando viajas, tienes la oportunidad de ser testigo de la validez de la educación entre los que, en su ocupación, pueden hacerte un viaje placentero o miserable. Me dice un frecuente viajero, que es una pena el cambio que ha sufrido el servicio de una línea aérea que presta servicios en nuestra América, donde el trato de su personal, tanto en los aeropuertos como de abordo, es tan desagradable, que podría calificarse como ofensivo y, lo que es peor, denota que su misión es obtener mayores ganancias, se convierte el ser humano en una simple mercancía, y sin siquiera la etiqueta de frágil.
Pero así como esa aerolínea cambió hacia lo negativo, tuvimos el gusto de viajar recientemente en COPA, donde encontré caras sonrientes con deseos de hacernos el viaje agradable, aunque no deja uno de encontrarse algún "prepotente" o "frustrado" por ahí, de esos que abundan en las mangas de acceso de las aerolíneas, que tratan de contrarrestar el logro de sus compañeros.
Así también fui sorprendido por Randall Barquero y la gentileza y cooperación que encontré en la oficina de AMERICAN en Managua, donde por lo general actuaban como para salir del paso y seguir esperando la hora de salida. Bravo por el cambio!
Aquí cabe, como mensaje, la foto de dos simpáticos empleados del Resort nicaragüense MUKUL, quienes te reciben al llegar, sonriendo y ofreciéndote una bebida refrescante llamada "Guacalito", servida en JICARA, el recipiente indígena símbolo de la amistad.
Lo interesante de la foto, es que las sonrisas se entrelazaron con las atenciones que recibimos durante el almuerzo y como somos curiosos y nos gusta conversar con los que vamos conociendo, llegamos a la conclusión, que la felicidad que demuestran estos trabajadores, a través de sus sonrisas, es que la administración no sólo predica diariamente el valor de la buena atención, sino que aprecia sus servicios con incentivos y sueldos atractivos, para que ellos no basen su bienestar solamente en propinas, sobretodo en países donde esta no es tradición.
Tanto es así, que el problema es que en ciertos países de América Latina, no hemos llegado a valorar los servicios y en esto pecan los que sirven y los servidos, por lo tanto, la mayoría lo valora como algo impuesto. Esto se agrava en ciertos países en que se le agrega a la factura un fuerte porcentaje, el llamado IVA, por consumo y si a esto se le suma el acostumbrado 10% de propina, la cuenta sube más de lo que uno presupuestó gastar conforme a los precios que aparecen en el Menú.
Y el problema sigue creciendo, cuando con abuso, ciertos empresarios manosean lo que no les pertenece, LAS PROPINAS. Y si a esto le agregamos que sí eliminamos el 10% que aparece en las facturas, que advierte ser voluntario, la falta de costumbre de gratificar por buenos servicios, se reflejará en que los mesoneros y cantineros, pasarían penurias.
Me comentó un mesonero que debido a que la propina del 10% se elimino temporalmente de las facturas en Nicaragua, su presupuesto sufrió mermas, lo cual confirma que no podemos confiar en la propina voluntaria.
Aquí llegamos a la verdad. Algo no anda bien en cuanto a la remuneración de los servicios de los Restaurantes, Bares y Hoteles. Según la costumbre, y esto se acrecienta en los países en desarrollo, los empresarios nivelan los salarios de los empleados con las propinas, y eso no debe ser así.
Los usuarios, llámense turistas o clientes habituales, pagamos las facturas y en ellas supone estar el costo del SERVICIO, o sea que los propietarios deben de incluir en sus presupuestos el costo del servicio, que significa, empleados debidamente remunerados para que trabajen con alegría y buena voluntad, lo cual, sin duda, beneficia al negocio.
La semana pasada pudimos comprobar que remunerando adecuadamente a sus empleados, aunado a charlas motivadoras en cuanto a la importancia de servir sonriente, da como resultado que hoteles como el EL DARÍO, en Granada, Nicaragua, se les pueda reconocer, aplaudir por sus esfuerzos y desear regresar.
Si queremos que nuestros destinos triunfen, seamos participe y cooperemos en su embellecimiento y limpieza, no existe éxito sin el esfuerzo de todos y eso significa ser parte de ese esfuerzo.
Hasta el próximo Archivo CCLXXXIV del Domingo 26 y no de se olviden de reenviarlo a sus amistades y por supuesto, comentarlo.
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