domingo, 26 de junio de 2016

El Archivo CDXXVII – Tenemos Que Aprender A Sembrar!

Cuando visité la finca acuática de la familia Taylor en el Estado de Washington, donde por primera vez vi cultivos de moluscos, quedé con la inquietud de que en los países en desarrollo nos hace falta cultivar, plantar, sembrar, ya que si estos cultivos acuáticos han ayudado a estabilizar partes de las costas del Estado de Massachusetts y a mejorar la dieta de proteínas de la población de los Estados Unidos, podría traer beneficios a las costas de nuestro mundo iberoamericano y ofrecer a su población una nueva dieta de moluscos que complemente la carne y el pollo.

Las embajadas de los Estados Unidos deberían investigar formas de como relacionar a las empresas que cultivan ostras, almejas, etc… con los Departamentos de Agricultura y Pesca de los países al sur del Rio Grande y con ello, demostrar, una vez más, su interés por el bienestar de sus hermanos del Continente Americano y el Caribe. Esto es sembrar amistad y buenas relaciones.

Pasando a tierra firme, hoy quiero compartir la experiencia del Ingeniero Guillermo Nóffal Zepeda, colaborador y amigo, quien después de varias décadas de residir en San José, California, se trasladó a Las Vegas, Nevada, donde él posee una propiedad inmobiliaria que comparte con la familia de su hija menor, Claudia, y su yerno, Miguel. Es la ciudad más cálida y seca del mundo, con unos 2 millones de residentes y 35 millones de visitantes al año, según Patricia Mulroy, Jefa del Distrito de Agua del Valle de Las Vegas.

Nos dice el Ingeniero Nóffal que lo interesante es que "lo que antes era un desierto se ha convertido en un oasis, gracias al esfuerzo de sus residentes. Su yerno, Miguel Núñez Pelayo, de ascendencia mexicana y apasionado por la agricultura, convirtió el pequeño patio de la parte trasera de la casa en un área que produce tomate, tomatillo, chile, chiltoma, cebolla, pipián, sandia, rábano, y otros vegetales. También tiene árboles frutales como el granado, fruto que se da muy bien en este clima, un peral, un manzano, melocotón, limón. La tierra es arenosa y cascajosa, no se presta para la agricultura en lo más mínimo; sin embargo Miguel comenzó a sembrar, utilizando TODOS los desperdicios orgánicos de la cocina, sin excepción, transformándolos en composta (abono) en una compotera en un rincón del pequeño patio, aumentando así la fertilidad del suelo, y al cabo de cinco años es tal la cantidad de tomates cosechados en el 2016, que se da el placer de compartirlos con sus vecinos".

El agua, que les proviene del Lago Mead y el Rio Colorado que desgraciadamente sufrió una sequía a comienzos de la década del 2000, obligó al Distrito del Agua a crear un plan de conservación del recurso que comenzó por elevar las tarifas a los grandes hoteles, que se vieron obligados a reciclar cada gota de agua, dando el ejemplo a las residencias particulares, quienes aprendieron también a conservar agua. Todo en la vida es aprendizaje, ¡educación!

Nos dice Guillermo que "uno de los problemas de nuestras ciudades, es ignorar el tesoro que significa la basura orgánica, que por lo general se tira a la calle o en los cauces pluviales de ciudades como Managua, Nicaragua, lo que le da un feo aspecto, ya que se descompone, da origen a malos olores y a la propagación de enfermedades y pestes mediante la atracción de ratas, gusanos, hormigas, etc… por lo que sugiero copiar y/o adaptar lo que ha demostrado que funciona en San José, California donde residí por más de tres décadas y he visto terrenos subdivididos en lotes pequeños reservados exclusivamente para quienes quieran plantar hortalizas".

Continua el Ingeniero diciéndonos que en San José hay "También hay lugares destinados a la enseñanza "in situ" del cultivo de hortalizas, de la preservación de la tierra y del aumento de la fertilidad por medio de la creación de compostas o aboneras orgánicas, por lo que se debe apelar a quienes tengan lotes vacíos en las ciudades de cultivar sus propios terrenos y si no pueden pagar los servicios de personas dedicadas a ese menester, la municipalidad debería incrementar su Departamento de Jardines y proporcionar ese servicio, aprovechando sus productos en sus programas sociales de proveer sana alimentación a la ciudadanía".

Sembrar y cuidar un árbol que no solo mejore el ambiente en el patio de su casa, que de verdor y frutos debería ser el objetivo de todos y cada uno de los habitantes de nuestro Continente, pero por supuesto que estos hábitos hay que aprenderlos y es allí donde nuestro sistema educacional juega un importante papel, ya que son los niños los que llevan a sus hogares la importancia del árbol, del cultivo, de cómo se puede sembrar una hortaliza en un metro cuadrado y cosechar alimentos sanos.

Pero no es solo la Escuela, el Maestro, el que puede y debe incentivar a sus alumnos a querer la Madre Tierra, sino que los Curas Párrocos y Pastores, los que podrían comenzar una campaña de amor al medio ambiente, sembrando y cultivando en sus patios o lotes que circundan sus propiedades.

Hasta el próximo Archivo del domingo 3 de julio desde Philadelphia, donde se fundó y se formó esta República que día a día nos demuestra que en la diversidad esta la unión.


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