domingo, 24 de noviembre de 2019

El Archivo DCXXVI

¡Retos de la Juventud!
Los retos los hay a nivel mundial, pero nos encontrarnos en Colombia, con una trayectoria de progreso educacional encomiable, por lo que decidimos esperar los efectos del sonado "Paro" del jueves 21, con el fin de brindarles a nuestros lectores la oportunidad de que puedan hacer comparaciones con retos que los jóvenes enfrentan en sus respectivos países, incluyendo a Estados Unidos pues ahí residen más de 56 millones de iberoamericanos con un alto porcentaje de jóvenes.

Fue sorprendente y vivificante la actitud de los jóvenes colombianos en las marchas engendradas por el citado paro, pues en verdad no era un PARO, sino una demostración de fuerza política de la ciudadanía cansada de la "corrupción" que ha causado muchos daños al país. En Bogotá, la capital, rebosaron la plaza principal pacíficamente, pero en la periferia, unos cuantos terroristas "profesionales" crearon disturbios y causaron daños para inducir a los de las marchas y caldear los ánimos, pero en el resto del país, los jóvenes fueron un factor positivo para contener y disminuir la destrucción de los maleantes, la mayoría importados, que habían proclamado arrasar.


En una de las ciudades donde los infiltrados del disque socialismo del siglo 21 no lograron sus objetivos fue Medellín, ya que no solo los jóvenes sino que la ciudadanía en general decidió protegerla en unión de las fuerzas públicas, una alianza que poco se ve en nuestra Latinoamérica.

En Cali los jóvenes salieron a limpiar los despojos dejados por los desajustados, y los comerciantes, vestidos de blanco en honor a la paz, ofrecieron descuentos al invitar a la ciudadanía a retornar a la vida normal.


Aunque lo anterior es una esperanza, muchos son los retos que enfrenta la juventud según el informe "Perspectivas Económicas de América Latina 2017: Juventud, Competencias y Emprendimiento" analizado por Guillermo Fernández de Soto, director para Europa de CAF – Banco de Desarrollo de América Latina, patrocinado por el BBVA.

Por considerarlo pertinente, hemos decidido compartir con ustedes, un extracto de lo expresado por Fernández de Soto:

"Solo seis de cada diez jóvenes latinoamericanos de entre 15 y 29 años de edad están estudiando o trabajando en el sector formal de la economía. Las barreras para poder emprender, la falta de formación y la posibilidad de caer en el sector informal son algunos de los desafíos a los que se enfrentan actualmente".


"Habría que fomentar una educación basada en las nuevas tecnologías para preparar a estas generaciones al terreno laboral que les espera o modificar la forma en la que se imparten las clases, la forma de educar a los profesores, ya que un 40% de los jóvenes latinoamericanos no está estudiando ni trabajando en el sector formal de la economía"

"Además, se planteó un problema más relevante aún: una vez que se comienza en el sector de la informalidad económica es muy difícil comenzar a trabajar en el sector formal. De hecho, acorde con los datos obtenidos, solamente dos de cada diez personas que tienen su primer trabajo informal pasan a un trabajo formal, por lo que se necesita un mayor apoyo del sector público y privado"


En conclusión, Latinoamérica ha preparado más profesionales que técnicos y las empresas en sectores como el agrícola o de servicios, están requiriendo técnicos. Hay muchos que se preparan con programas para lo que no tienen vocación… por lo que las empresas deberían tener en cuenta las prácticas profesionales como un factor que sume experiencia laboral, para generar más posibilidades de que los jóvenes consigan empleo. La experiencia laboral es un factor determinante en la contratación, ya que el reto de los jóvenes latinoamericanos es trabajar y producir bienestar a sus familias, sin abandonar su preocupación y lucha por la estabilidad e institucionalidad democrática de sus respectivos países.

domingo, 17 de noviembre de 2019

El Archivo DCXXV

¡Desinformados o Mal Informados!
Sean bolivianos, argentinos, venezolanos, mexicanos, nicaragüenses o cubanos, los iberoamericanos y algunos caribeños, tienen un yugo en común: la desinformación, un mal que ha mantenido a la región bajo las garras de la mentira, que es la plataforma que utilizan los "populistas" para llegar al PODER y aferrarse a él.

Utilizar la cacareada frase de "golpe de estado" es negar la realidad, es ofender la voluntad de los pueblos, que cansados de abusos y corrupción, se lanzan cívicamente a protestar y a demandar un cambio de administración, enfrentándose con valentía a hordas de cobardes asesinos que enmascarados y a mansalva disparan a matar, impunemente, sin pudor ni vergüenza y sin pensar que los que protestan, son seres humanos, son hermanos con los cuales conviven y que por dignidad y espíritu democrático han decidido luchar por el bienestar político social de todos, incluyéndolos a ellos.


Evo Morales abandonó el poder como resultado de sus abusos, de traición a sus hermanos indígenas, a quienes decía representar, burlándose y prostituyendo sus valores para beneficio personal. Por ello y por su insistencia en perpetuarse en el poder, las fuerzas vivas le sugirieron renunciar a su cargo, lo cual, inteligentemente aceptó, evitando el confrontamiento armado entre hermanos, gesto que debemos reconocer en su haber y que debería servir de ejemplo de aquellos que se consideran dueños de vidas y haciendas en sus respectivos países, como Cuba, Nicaragua y Venezuela.

En Bolivia no se escuchó el silbido de las balas, ni se ha tenido que enterrar a hijos, hermanos y/o padres, tampoco se sufrió el acecho de criminales con el rostro tapado y con licencia para matar. En Bolivia hubo marchas y paros cívicos, pero sin el acoso y los garrotes de la Policía y mucho menos la intervención, directa o solapadamente, del ejército, ambos organismos han dado ejemplo de patriotismo y amor a su madre patria y pueblo, del cual provienen.


Los bolivianos decidieron liberarse de las garras del llamado "Socialismo del Siglo XXI", reclamar y recuperar su República, uniéndose hacia un objetivo común con amor patrio, por el bienestar ciudadano enmarcado en el sistema democrático que garantiza a los pueblos el derecho a elegir su gobierno en elecciones justas y honestas, dentro de una Constitución Política que así como ampara los derechos humanos, exige respeto y responsabilidad a sus leyes y reglamentos.

En Bolivia no aceptaron promesas vacías populistas y le exigieron al "indispensable" respetar la voluntad de un pueblo que ha dado al mundo un ejemplo de valor y amor al lar patrio. En Bolivia, la democracia se ha fortalecido y Latinoamérica recibe una vez más la lección de que la reelección y la corrupción es el virus que nos ha mantenido en la pobreza y la falta de desarrollo y bienestar.


Pero hay eventos que nos entristecen, como la intervención en Bolivia del populista Presidente Mexicano, López Obrador, quien contrario a su historia política no intervencionista mandó uno de sus aviones militares a sacar al ya renunciado Evo Morales, quien debería haber enfrentado la justicia boliviana, demostrando que otro de nuestros males en las Américas al sur del Río Grande es la impunidad.

Y hablando de lamentos, deploramos el vandalismo organizado de caras tapadas que deliberadamente han destruido la infraestructura de Santiago y otras ciudades de Chile, abusando de su democracia y libertad, que en complicidad con un pueblo desinformado traerá desempleo y miseria a una ciudadanía que había logrado el más alto índice per cápita de Latinoamérica.


Organicemos la defensa de la Democracia, ayer fue Chile y mañana puede ser cualquiera de nuestros países, pues ya Colombia está amenazada con motivo de un paro nacional que se realizará este 21 de este noviembre, que gracias a su sólida democracia e instruido pueblo, no dejará que vándalos y terroristas enmascarados destruyan sus bienes. Los mejores ejemplos del populismo irresponsable y destructivo son Venezuela, Cuba y Nicaragua. Dios salve a nuestra América!

domingo, 10 de noviembre de 2019

El Archivo DCXXIV

Maratones y Matones

El domingo pasado, estuve en la esquina de la 5ª Avenida y Calle 90, frente a una de las entradas de Central Park, en Manhattan, Nueva York. Presenciaba a los ágiles y valientes deportistas que año con año paralizan importantes arterias de la ciudad, trotando por sus calles. No tuvimos la paciencia de ver pasar a los 53,625 participantes que este año finalizaron, primero porque a pesar del brillante sol, había una combinación de 7 gélidos grados centígrados con vientos permanentes que nos obligó regresar a casa, para dicha nuestra a corta distancia del estratégico lugar que escogimos, pues es allí donde entran a la fase final de los poco más de 42 Kilómetros, y segundo porque del primero al último hay más de 3 horas de diferencia.

Esta actividad da la oportunidad de ver la diversidad del género humano y de ciertos cuerpos inmunes al frio, viéndoles correr como si estuviesen en el trópico. Esta es una actividad que moviliza familias enteras, unos corriendo y otros vitoreándolos a través de la ruta, portando carteles con sus nombres con el propósito de animarlos y sí que lo necesitan, pues no creo que el promedio nuestro resistiría ni la primera media hora, ya que los campeones, que en su mayoría son africanos, hacen el recorrido apenas rebasando las dos horas. La gran mayoría lo trota en más cuatro horas a pesar de que entrenan durante todo el año. El mayor de los problemas son los espasmos musculares de las piernas que llegas a obligarlos a abandonar la carrera.


La organización de este maratón es espectacular, conversando con uno de los oficiales del maratón nos relató que tienen asistencia desplegada en todo el trayecto y que en los 50 años que llevan organizando las 49 maratones, ya que en el 2012 se interrumpió por el huracán Sandy, la cooperación de los espectadores ha sido ejemplar. Comenzó en 1970 con 127 participantes y hoy esa cifra, la superan los 150 países participantes, pues de los 53 mil que llegaron a la meta, 39501 (casi el 75%) no son residentes de New York.

La participación de mujeres va cada día en aumento, este año las cifras fueron 30 mil hombres y 22 mil mujeres. Hay todo tipo de categorías, inclusive en sillas de ruedas. Trotan desde los 18 hasta los 89 años. Este año el mexicano Patricio Castillo llego en el lugar 16 haciendo el recorrido en 2 horas 14 minutos, a solo seis minutos y segundos del Keniano Geoffrey Kamworor, primer lugar, y hablando de mexicanos, en la década de los 90, Salvador García, Germán Silva y Andrés Espinoza, todos mexicanos, se coronaron con el primer puesto. En los años 80, 81 y 82, Alberto Salazar, inmigrante cubano nacionalizado, logró el primer lugar. Este año (2019) un brasileño, Fredison Costa de 42 años, llego número 28, a 12 minutos de los líderes.


Entre los maratones más importantes del mundo, solo el de Ciudad México aparece representando a nuestra Latinoamérica, lo cual nos dice de la importancia que le damos a este deporte tan popular y que involucra, como ningún otro, a la población en general, una diversión sana que demuestra la civilidad de las urbes en que se desarrollan.

Así que no tenemos maratones, pero tenemos "matones", como esos profesionales que viajan por nuestras Américas, organizando levantamientos y destrucción, como lo hicieron en Chile, un país desarrollado y progresista, lo que nos trae a la memoria la fatídica visita del estudiante de entonces, Fidel Castro, con el famoso Bogotazo Colombiano, donde según sus póstumos comentarios, les enseñó a que había que organizar a las masas, lección que estamos viendo poner en práctica en Ecuador y Chile, causando graves estragos.


Como dijimos la semana pasada, es necesario que países democráticos, defiendan sus logros, consultando, como Panamá, que problemas están por resolver o mejorar y creando un antídoto al Foro de São Paulo y al Grupo de Puebla para consolidar la todavía enclenque democracia, cuyo peor enemigo es la corrupción que corroe y el mal llamado "socialismo" que destruye los valores cívicos que se necesitan para que los derechos humanos nos cobijen a todos y nos aseguren educación, salud y seguridad.

domingo, 3 de noviembre de 2019

El Archivo DCXXIII – ¿Dónde está el problema?

¿Dónde está el problema?
Latinoamérica esta convulsionada y no vemos a los organismos internacionales, gobiernos, organizaciones privadas o sindicatos laborales investigando la razón, con excepción de esos 1,500 panameños, del resto no se oye nada. Uno de nuestros lectores nos dice que en Panamá hay corrupción, no es nada extraño, de lo contrario no habría un movimiento liderado por la actual Administración para cambiar, lo que según ellos, anda mal en la República. Por lo que esta investigación, llevada a cabo sin demandas internacionales, ni manifestaciones de protesta, es valiosa.

No se trata de si en Panamá, o cualquier otro país, haya corrupción, lo importante es buscarle solución al problema que sabemos existe en la mayoría de nuestros países, esa marcada desigualdad económica, que unida al "yoquepierdismo" y al oportunismo, choca y entristece, pues no vemos a ciudadanos contentos y animados a entrarle a la lucha que todos tenemos que enfrentar en la vida en busca del progreso y bienestar, por lo que son fáciles presas de irresponsables y destructivos "izquierdosos".


Lo nuestro es una mezcla de rezagos mentales, donde las fuerzas vivas, timoratas o acomodadas, no han salido de la era colonial. La culpa no es de Don Dinero, es de quienes no saben utilizarlo o sea invertirlos para que produzca más dinero y beneficie a sus socios o sea sus trabajadores o colaboradores, sin los cuales no hay producción y mucho menos consumo, como decía Henry Ford.

Pero lo más apremiante es que los países se hagan un examen, como lo está haciendo Panamá, y una vez determinada la problemática, el Gobierno cumpla con su función de hacer los cambios necesarios, para la convivencia ciudadanía dentro de la Ley, nada de trucos ni de arreglos bajo la mesa. Todo ciudadano debe conocer a través de una masiva promoción educativa, que sin distingos de clases social o económica, él es parte activa y primordial del cambio, protagonista y no espectador, así de simple.

El ponernos a comparar gobiernos democráticos con grupos desubicados y extremistas, es perder el tiempo, todos conocemos sus diferencias, lo importante es que aceptemos qué tenemos que actuar en defensa de los derechos que nos garantiza la democracia representativa, ese sistema de convivencia política y social que ha dado tanto buenos frutos alrededor del mundo y que solamente demanda de que todos nos involucremos en el bienestar común y cumplamos con nuestras obligaciones cívicas.


Mucho se habla sobre el latinoamericano como acomodaticio, perezoso e irresponsable, etiquetas que nos acechan por lo que en la lista de cambios es prioridad, cuando ese mismo latinoamericano sale a un ambiente de oportunidades, lo vemos destacar y triunfar. Por lo tanto, hay que buscar hasta encontrar la razón de esa inercia que nos azota, ya que en verdad, hemos tenido más que suficientes levantamientos y revoluciones, con resultados negativos.

Todos mencionamos EDUCACION y sabemos que andamos muy mal en cuanto a la calidad y diversidad de la misma, por lo que es indispensable que nos enfoquemos profundamente en el sistema, que sin duda está fallando.

Para este servidor, lo que más impresiona, es la falta de espíritu cívico, de ese amor patrio, comunitario, que veo y siento en los países donde el ciudadano siente orgullo por su barrio, su calle y por la eficacia de los servicios públicos (transporte, salud y seguridad), ya que con sus impuestos los mantienen, y por lo mismo siempre está presto a demandar eficiencia.


Ya deberíamos aceptar que nos toca a los latinoamericanos cambiar de rumbo, muchos años de abandono y de negligencia cívica es más que suficiente, debemos, como dice el lenguaje popular, "ponernos las pilas" y todos sin excepción, orgullosamente todos, debemos ocupar nuestro lugar en esa lucha de valores que debemos emprender, para lograr la felicidad a la que tenemos derecho, ya que así como Dios nos regaló una naturaleza esplendorosa y bella, que no solo ignoramos, sino que destruimos, hemos venido ignorando nuestras obligaciones y destruyendo las oportunidades de bienestar.

La meta es encontrar los problemas y resolverlos. Por lo menos hagamos el intento, sigamos el ejemplo de Panamá y al mismo tiempo, fundemos el ¡Foro Democrático de Las Américas!