domingo, 19 de junio de 2016

El Archivo CDXXVI – Distribuir la Riqueza!

La riqueza no es solo dinero. Hay personas que son inmensamente ricas, ya que saben compartir sus conocimientos, sus bondades, su espiritualidad y aunque el tema tiene un mensaje hacia los países en desarrollo, queremos ofrecerlo en homenaje a una dama nicaragüense que siempre se dio por entero a quienes tuvieron el privilegio de cruzar su frondosa vida, Doña Lilliam María Valladares Morin, originaria del llamado "amado pueblo de León" (Nicaragua), que en sus años mozos contrajo matrimonio con el Doctor Juan Bautista Orozco y procreó un numeroso grupo de descendientes, todos ciudadanos ejemplares, que hoy lloran su viaje eterno al cielo de los justos, de quienes supieron en vida, distribuir su riqueza.

Doña Lilliam es la madre de nuestro compañero, Juan Flavio Orozco Valladares, quien inserta las fotos y le da su ultimo toque profesional a El Archivo, siguiendo las huellas de su progenitora, que en medio de sus quehaceres del hogar, obras sociales y servicios humanitarios, nos legó sus inquietudes literarias, su riqueza, en un buen número de cuentos cortos, que en su honor y memoria, publicamos unos cuantos:

"TARDE O TEMPRANO: Tarde o temprano seré difunta… tarde o temprano, todos, miedo me tendrán… Los que hoy confiados y alegres se me acercan, tarde o temprano, miedo me tendrán… muchos asegurarán que convertida en sombra me vieron y, el pánico cundirá y más… Tarde o temprano seré difunta y todos lejos me querrán… otros que mi figura en la oscuridad pasar vieron jurarán… y otros dirán que escucharon mi voz a eso de la medianoche… tarde o temprano seré difunta… pero nadie sabe lo que en esos entonces pasará, espeluznantes habladurías siempre habrán… Tarde o temprano seré difunta… soñando probablemente que estoy viva, y lo que en mis sueños sueñe, no sé qué repercusión tendrá en la realidad, si puedo dar mi paseadita entre los vivos, darles una espiadita… O si estaré muerta en serio, seré todas huesos satisfecha". (feb. 28 de 2014)

"ÚLTIMA VOLUNTAD: Adriana Trejos se estaba muriendo… al lado sentado, en la misma cama donde Adriana Trejos, su madre, agonizaba, su hijo mayor René Francisco le tomaba de la mano con la mano izquierda, mientras la derecha, sobaba la frente de la agónica Adriana Trejos. René Francisco, murmuró Adriana Trejos, que no se te olvide cumplir mi última voluntad… así, podré realizar el sueño dorado de toda mi vida, para cuando se presentara la hora de mi muerte. Mamá, le respondió René Francisco, Mamá, no tengas cuidado que yo ya he dado todas las vueltas pertinentes al asunto de tu última voluntad. Al día siguiente de esta escena, Adriana Trejos ya era difunta y se encontraba en el cementerio… Segundos antes de bajar a la fosa, René Francisco abrió el ataúd por última vez, depositando junto al oído de su madre un pequeño radio receptor, con baterías de larga duración, encendido, Adriana Trejos estaría acompañada en los primeros días, no estando sola en la novedad de sus inicios. Eran las cinco en punto de la tarde… De acuerdo con la radiodifusora Excélsior, las notas del Himno Nacional comenzaron a oírse. Así, de este modo, Adriana Trejos, bajó a su sepultura acompañada de programas especiales que su hijo René Francisco y Radio Excélsior habían elaborado para complacer a la que en vida fuera Adriana Trejos. Tres días se turnaron los herederos de Adriana Trejos en Radio Excélsior enviando mensajes no solamente personales sino que bíblicos también. Así fue como René Francisco cumplió con la última voluntad de su adorada madre, Adriana Trejos". (feb. 17 de 2014)

"SORPRENDENTE RECIBIMIENTO: Don Dios flotaba, silenciosamente, en la infinita soledad de la nada, mientras ideaba la formación de un ser pequeño, hecho a su imagen y semejanza, que supiera flotar paciente y silenciosamente, en la infinita soledad de la nada, y que llevaría por nombre Adán… E ilusionado Don Dios, con la tal idea se gozaba, adornando con últimos toques la sabiduría preciosa del verdor del paraíso terrenal… Naciéndole también la idea de sorprender a Adán a su llegada al mundo con una deliciosa y agradable "fruta-bomba"… Roja como la vergüenza por dentro, verde, como el propio verdor del paraíso, por fuera… Así fue que creó la sorpresiva "fruta-bomba", llamándola sandía, quedándole tan rica y apetitosa que Don Dios temió volviera glotón a Adán… Y ahora, ¿qué hago?… ¿Qué hago para que Adán no se me vaya a atragantar?… Entonces vino Don Dios y salpicó la sandía con unas semillitas negras, que entretendrían a Adán, para con cuidado y sin desesperarse, despacio, engullera la magnífica pulpa de la sandía… E hizo Don Dios brotar un sandial cerca de la cueva donde, probablemente Adán, de primas a primeras, iba a habitar… Una herencia de la que todos disfrutamos, gracias a la ocurrencia de Don Dios". (sep. 5 de 2011)

Hasta el próximo Archivo del domingo 26 desde Philadelphia, donde se encuentra la única réplica en América de la Estatua ecuestre del Quijote original de Ciudad Real, España. Un Quijote que nos recuerda que es humano compartir, que es necesario soñar, que amar al prójimo es felicidad!

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